ESCRIBIENDO HAIKUS

Félix Morales Prado

 

El haiku es un poema breve de la tradición literaria japonesa. El poeta Bashó lo define como "...simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento". M. Antolín y A. Embid hablan de este tipo de poema como de una "percepción súbita, un relámpago de intuición". El filósofo y poeta José Antonio Antón se refiere al haiku como a "la aprehensión de un fugaz estado de Buda". El filólogo Fernando Rodríguez-Izquierdo, tal vez el mejor especialista español en poesía japonesa, nos dice que es "un poema breve e intuitivo, dotado de un gran sabor de naturaleza". Ramón Gómez de la Serna parió tal greguería: "Los hay-kais son telegramas poéticos".

Esta composición ha tenido un gran predicamento e influencia en la poesía occidental contemporánea. En su libro "El haiku en España", Pedro Aullón de Haro rastrea su influjo en la obra de poetas como Antonio Machado, Jorge Guillén o J.R. Jiménez, entre otros.

Desde el punto de vista formal, el haiku no se puede reproducir en nuestra lengua, porque en japonés es consubstancial con una caligrafía que implica, al mismo tiempo, arte plástico y literario. Sin embargo, su vertiente sólo lingüística es ya muy bella de por sí y susceptible de versión castellana. Como toda forma poética tradicional, tiene una estructura rígida que podríamos representar así:

 

5 sílabas: - - - - -

7 sílabas: - - - - -

5 sílabas: - - - - -

 

 

Algunos ejemplos sacados de autores japoneses y traducidos por Ricardo de la Fuente y Shinjiro Hirosaki:

 

Va persiguiendo

pétalos de cerezo

la tempestad

Teika

 

Montes lejanos

donde nievan las nubes

con trozos claros

Senyun

 

Noche glacial:

los patos en las ramas

plácidos duermen

Sógui

 

¿Es que a la rama

vuelve la flor caída?

¡Si es mariposa!

Moritake

 

Triste neblina:

van juntos y fundidos

dos corazones

Issó

 

El caracol

levanta su cabeza:

se me parece

Shiki

 

En varias ocasiones, he utilizado la creación de haikus en el aula para iniciar al alumnado en las nociones de metro y ritmo poéticos. Y secundariamente, tras haber trabajado con ellos otros recursos retóricos, como la aliteración o la metáfora, iniciarlos también en la sensibilidad lírica. Los resultados siempre han sido buenos. La verdad es que no sé por qué. Otras actividades previsiblemente más lúdicas y, en teoría, más cercanas a ellos, no han resultado tan satisfactorias. Puede ser que el hecho de que la métrica del haiku sea tan parecida a la de nuestra seguidilla, implique una familiaridad con la que se identifican. ¿Por qué no les encargo, entonces, que hagan letras de sevillanas? También lo he hecho, con resultados mucho peores. Probablemente, porque los temas tópicos de nuestro folklore les impiden el necesario distanciamiento y eso bloquea su creatividad. O porque los temas que ocupan a este tipo de poesía oriental les resultan íntimamente más propios que aquellos. ¿Paradoja? No sé. El haiku, centrado en la naturaleza, en detalles de la vida cotidiana, que conlleva, junto con su forma, una suerte de poesía minimalista, parece ser, misteriosamente, un recurso valioso para iniciarlos en aspectos del lenguaje poético tradicionalmente áridos. Y creo que consigue motivarlos hasta el punto de que siguen escribiéndolos, en algunos casos, sin que se les pida, lo que me parece una valiosa semilla para ulteriores y más complicados aspectos de la cosa literaria.

 

La metodología para realizar esta actividad debería seguir, tal vez, los siguientes pasos:

 

1)Leer a los alumnos algunos haikus

2)Explicarles, a golpes de dedos, la métrica y el ritmo de la composición.

3)Pedirles que describan, escribiendo un haiku, algo de la naturaleza que les guste especialmente: la lluvia, la tormenta, el mar, el sol, alguna planta o animal, una estación del año...

 

Una vez hechos los poemitas, cuando se pasa a su corrección grupal, se entra sin ningún problema en la sinalefa, la sinéresis o la diferencia entre contar sílabas fonéticas y escandir.

 

He aquí una selección de los poemas obtenidos en 2ºESO C del Instituto "El Majuelo" durante el curso 1997-98:

 

Salta de rama

en rama como si

jugara el cielo

Elena Miras Ibáñez

 

 

El campo verde

despierta tu amistad

y no tu sueño

Angel Palomar Brito

 

 

El Estanaca

muere al amanecer

en la Mogaba

Miguel Montiel Luque

 

 

Los pajarillos

canturrean sin parar

por la mañana

Mari Carmen Montiel Pérez

 

 

El campo verde

le cantaba a las flores

rosas silvestres

Faiza El-gazi Mohamed

 

 

Tus bellos ojos

son dos chorros de agua

muy cristalina

Faiza El-gazi Mohamed

 

 

Oigo el viento

mientras oigo tu voz,

oigo la vida.

Patricia Carballar Piriz

 

 

La sombra mira

los colores del viento,

curiosa está.

Patricia Carballar Piriz

 

 

La mariposa

se ha posado en la rama

del arbolito.

Melquiades Garrido Vázquez

 

 

El campo grande

está lleno de flores

y jaramagos.

Melquiades Garrido Vázquez

 

 

Esa ciudad

está llena de humo

y de basura.

Melquiades Garrido Vázquez

 

 

Tus ojos verdes

iluminan mi cara

por la mañana

Eva María Rodríguez Ruiz

 

 

El agua era

cristalina como un

gran pensamiento

Luis Fernández Vidal

 

 

Nace el verano

y las flores se pochan

en el balcón

Alfonso Bayona Fraidía

 

 

La noche canta

a la luna dormida

cuando oscurece

Cristina Lora Barrera

 

 

El jardín bello

contiene mariposas

entristecidas

Fco. José Huelva Montiel

 

 

Los profesores

chillaban espantados

por los alumnos

Isabel María Míguez Acevedo

 

 

El Real Betis

¿es quizá gloria o no?

Para mí, amor.

José Mª Fernández Tirado

 

 

Muere el otoño,

ya ha empezado a nevar,

ya es invierno.

Mabel Fdez Cabello

 

 

Las nubes blancas

me llevan mentalmente

hasta tu cielo.

Mercedes Castellanos Vidal

 

 

Las margaritas

son caras muy alegres

mirando el cielo.

Mercedes Castellanos Vidal

 

 

Son los aviones

ladrones delincuentes

que roban nubes.

Mercedes Castellanos Vidal

 

 

Cabellos de oro,

ojos color del mar,

cuerpo bonito.

Mercedes Castellanos Vidal

 

 

Sus ojos verdes

penetran en mi rostro

cuando me mira.

Mercedes Castellanos Vidal

 

 

Las plantas verdes

colorean la triste

montaña humilde.

Saray La O Toledo

 

 

Por la gran selva

los linces y panteras

corren y vuelan.

Saray La O Toledo

 

 

La primavera.

Cuando despierta marzo

las flores nacen.

Saray La O Toledo

 

 

Morena de ojos

cristalinos y cara

linda y risueña.

Rocío Guerra Muñoz

 

 

Las nubes blancas

vuelan alrededor

como sus almas

Fco Javier Garrido Galván

 

 

Son esos árboles

gigantes que se alzan

entre las hierbas.

Rocío Acal Sánchez

 

 

Olas marinas

acarician mi rostro

cuando me baño.

Carolina García Palomar

 

 

El verde prado

ilumina mi vista

como sus ojos

Carolina García Palomar

 

 

El árbol seco

ilumina aquel campo

con luz serena

Carolina García Palomar

 

 

Mi ardillita

se mueve en el árbol

y se queda allí.

Adrián Recuerda

 

 

Ágil viento,

sol acariciador,

luna sin fin.

Verónica Míguez González

 

 

 

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