Noni Benegas

 

 

Este cuerpo apoderado de sí mismo

escorado, testarudo;

esta sumisión sin nombre

a un estado, a una breve

transición entre vigilia y sueño,

desafecto, descorchado, desandado,

puro tiro de estampida y yugo

barquinado, coz y cúmulo,

apenas pago de desdicha, pueblo

polvoriento y olvidado;

este cuerpo destronado,

negativo y copia de haber sido

cuerpo amado, ya sin causa

ni razón o acápite

que murmure y rumie

su razón de olvido,

está luchando bravo, y pide

pordiosera, humildemente,

nacer naciendo, como quien

supo sabiendo, lo imposible.

 

 

SUMARIO