El pez muerto

Alfonso Cisneros Cox

 A Caleta Sal

1

 

El pez ha muerto

en sus ojos huecos:

agua cristalina

 

2

 

Tu cuerpo no tiene ojos

océano es la ruta que deslizas

horizonte bebiendo día y noche

la carne brillante

la boca

seca como un río al nombrarte

dos cuerpos que agonizan

tu figura

 

3

 

He caminado por este valle inhóspito

he vuelto a caminar

la orilla continente de la noche

las faldas de los cerros grises

escuchando el viento

en las laderas

cubriéndome de nadie

una sola voz penetra mi cuerpo oscuro

el canto de las peñas

mi otra voz

 

4

 

He vuelto al lento recorrido de mi cuerpo

a tientas escucho las tinieblas

todo se reduce al silencio del organismo

sus deseos y temores

he dejado sobrevivir lo que sobrevive

y me integra mutilado

dejo y otorgo aquello que redime la conciencia

aquello impenetrable

el rostro más deseado avanza por negación

a su único fin existente: lo radiante y lo sombrío

 

5

 

Siento los pies atravesados

por la sombra violeta

que me lanza este cielo azul

agua limpia donde reposa muerta

la figura del mar

sus ojos cristalinos purifican

el espinazo lavado y lánguido

el recorrido del océano

se detiene en dos palabras:

agua y pez

 

6

 

Poseo aquí tu cuerpo

desteñido por la brisa

roto el cráneo de la arena

caracoles secos

en cada charco reposan

los océanos y mi cuerpo

desgastados

 

7

 

Es dulce el deterioro

construir una imagen

y dolerse mirando el lugar

que ocupa

enfrentarse a su extensión dibujada

como hurgando una presencia

donde dos memorias se mezclan

 

8

 

Un lenguaje de espinas

reposa tendido en la arena

 

9

 

Un cuerpo detenido

perdura aunque la voz no lo alcance

me vuelvo y soy otro articulado

por lugares deshabitados

un brillo late en el pecho

antigua resonancia tocada por

tu aliento

mi cuerpo cambia

la marea retorna a lo anterior

brisa que flota en el agua

como un espejo limpio que no refleja

 

10        

 

 Muda  resuena el agua tocada

 por la arena

 ahora que brillan

 mis ojos debilitados

 por los tuyos.

 

11

 

Aquí principia el desierto

aquí termina

con mi mano que traza su lejanía

y su distancia

polvo que mezcla lo inmediato

donde se construyen regiones

continuas y secas

 

12

 

Antiguo como el último hombre

observo simplemente

el todo que se descifra

a través de sus contrarios:

palabras en las que resplandece tu figura.

 

 

 

 

 

 

 

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