POEMAS

Gonzalo Ramírez Herrera

 

les coleurs

 

1

Voy por mi segunda o primera vuelta

                         por la imagen de tu rostro haciendo tarde

y doy tres o cuatro vueltas por las dos de la tarde de un parque

cuando voy ciego posando

                 tres o cuatro palabras sobre la mañana que escapa.

 

2

Calculo siete instantes de tu cuerpo

               en un beso de silencio en tus labios

y en las flores húmedas que despierta tu calma

  y me basta una vez escuchar tu voz

para definir

       uno o dos tonos

                     de suave y tersa tristeza

es decir

 has llorado cinco o seis veces

            por la fragancia de un recuerdo mal trazado.

 

3

Podía hablar contigo cinco o nueve veces en dos días

puedo hablar de ti mil veces en una hora del día

mas ya no podemos observar juntos

           la profundidad del color de las lilas ni

las canciones que amueblan tu tarde

ni las luces y los cableados

                                            en el camino de mi noche

a una cuadra de casa

y a cien kilómetros de tu soledad.

 

4

Voy por mi segunda o tercera vuelta

                     por la oscuridad de mi sonrisa

                                      por las rutas del parque

                     en este primer o tercer verano extrañándote.

 

 

cambio climático

 

En esta extraña forma de ir descubriendo que los colores tenues no son tan lejanos
no encuentro ni una nota de la noche que intenté interpretar
para ti en términos de campos amplios y de ramas quietas para tu ventana.
Es la tarde y me excuso ante mi cuerpo no haberte advertido de las progresiones que hay
entre el buen humor y un mal paisaje hermoso para un mal momento ni de que hoy son
más tus flores y que en estos días del cielo cuelgan nubes duras para las cejas.
Nos toca acabar un lineamiento de acción:
Tú plantea tu cuerpo como un trazo al detalle para cada momento que se escape
Yo recogeré tus ganas de mis fotos
de cielos celestes

Atémonos, en fin, a estas imágenes dispersas que andan como sonidos
extraños brotando de la fricción de tu confianza y mis silencios
ahora que nuestras ciudades son como flechas contra la sonrisa.

 

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